| TECNOLOGIA DE LA CONFECCION TEXTIL |
(C)
Maria
de Perinat, 1997
(C)
EDYM,
España, 1998
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| Las fotografías de este artículo y lo entrecomillado atribuido a Yves Saint Laurent pertecenen al libro Elsa Schiaparrelli, de Palmer White, AURUM PRESS, London, 1986 (ISBN 0948149434). Se trata de un libro, prologado por YSL, aconsejable para todo aquel, profesional o no de este sector, que aun cultiva el loable gusto por la Schiaparelli. |
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Elsa Schiaparelli
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| Para su tiempo, Schiaparelli significa que lo
que hay de cultura tiene que ver con lo que se lleva puesto; y esa implicación
de la moda no quedó limitada a la simple colaboración y amistad
entre Dalí, Cocteau
y Schiaparelli; es que, sobre todo, la moda, con el Arte y la Filosofía
forma el estilo de vida que Schiaparelli diseñó. Schiaparelli
es mujer, intuitiva, provocadora, empresaria, diseñadora de moda
y artista, comprometida socialmente y trasmisora y difusora de todo ello.
Para Yves Saint Laurent, Elsa fue el gran fenómeno de diseñadora que epató al mundo de la moda parisima. Se atrevió a provocar y lo consiguió hasta el extremo de la admiración insoportable y de causar verdaderos estragos en lo que había sido tradicionalmente establecido, no sólo en modas sino en estilos, actitudes y comportamientos. Desde nuestro punto de vista, hay una forma tópica de explicar el fenómeno Esla en el mundo de la moda: si ella no hubiera imprimido tal arte (verdadero arte, arte cultivado, verdadera cultura) a su estilo y a sus diseños, ni uno ni otro hubiera pasado de ser más que una simple extravagancia, su originalidad no hubiera causado más que unas pequeñas risas y los convencionalismos que ella se atrevió a pisotear nunca hubieran sido más que vulgares representaciones en lugares comunes o, a lo sumo, travesuras aplaudidas nada más que al paso y olvidadas luego. Pero (YSL, más entusiasta que nadie) ... un día, Elsa, de repente ruge como una gran bestia salvaje y enojada, quiebra el laboratorio de su mago y con la risa frenética de un ogro cambia su fórmula por lo explosivo, lo asombroso. Y nos asombra con el rosa Schiaparelli, que torna en un incendio, un desafío, un pánico. Sólo ella le podía haber dado el nerviosismo del rojo a una rosa. ... Vainas largas nocturnas y boleros adornó con arabescos, trenzas, borlas, franjas, oro y pompones negros; un contraste seductor emanó de su feminidad y severidad categórica y de sus contornos bordados, fascinantes. ¡Qué señora Elsa Schiaparelli! ¡Era incomparable! Su imaginación no supo de límites. Sólo ella solo pudo haber tenido la audacia de vestir a una novia de negro. El fondo del corazón orgulloso de la moda parisina se sufrió la dentellada profunda y audaz de Elsa; y se sufrió más porque venía de fuera: ¡un colmillo italiano! Pero en el zarpazo se hizo ver no sólo un diente de marfil sino un rubí al rojo vivo, excitante, y destellos persistentes de prendas que se hicieron joyas, de luces que se hicieron trajes y de cuadros que vistieron bellos modelos y personas cautivadoras. Elsa -YSL- llegó titubeante y a poco hizo temblar el firmamento.Yo recuerdo (Elsa) un príncipe triste, quien, para conseguir su felicidad, se fue a buscar la camisa de un hombre completamente feliz. Fue por todo el mundo hasta que un anciano apareció ante él, trabajando en un campo y parecía completamente feliz. "Mi reino por su camisa", le lloró el príncipe extasiado. Pero el hombre viejo contestó: "Yo nunca he poseído una camisa." La aristócrata Elsa Schiaparelli, casada con el conde Willian de Wendt de Kerlor, es abuela de Marisa Berenson. |