TECNOLOGIA DE LA CONFECCION TEXTIL
 (C) EDYM, España, 1998
(C) Maria de Perinat, 1997 
Primera Parte
ENSAYO Moda, ¿por qué? 

Capítulo 2
La moda y el look 
1. La moda actual  2. Los diseñadores  3. El look  3.1 La crisis de la moda. 3.2 Las tendencias. 3.3 La moda del diseño: el look. Conclusión.
1. La moda actual 
La característica principal de la moda que nos es contemporánea, contemplada su producción desde el punto de vista del profesional, es que se encuentra ya totalmente industrializada y vinculada a otras organizaciones empresariales de diversos sectores industriales, comerciales, de servicios, de finanzas, al menos en lo que se refiere a las firmas de moda más importantes; únicamente la casa Chanel conserva todavía su independencia. La verdadera moda en el mundo entero la marcan, cada temporada, no más de media docena de poderosas firmas que se apoyan en un gigantesco potencial económico. Ésta es la primera línea de moda actualmente: su concentración en la producción y su diversificación en el producto. Junto a ella hay otras dos corrientes que sacian el consumo de producto de moda: una es la formada por los grandes almacenes, productores y distribuidores de la moda de consumo popular (adaptadores de las tendencias marcadas por los maestros) y fabricantes del prêt-à-porter con etiquetas exclusivas, pertenecientes a diseñadores de cierto prestigio; la otra la componen diversas cadenas de tiendas de moda pronta, proveedoras de un producto de bajo precio aunque con distinción, individualizado en la marca y colectivizado en el consumo. La ampliación de la oferta de productos de moda es característica común a las tres vertientes, las grandes firmas de moda, las cadenas de tiendas de marca y los grandes almacenes (son su naturaleza la abundancia y la diversidad). En el principio aparecieron los perfumes junto a la alta costura, la lencería, los bañadores, la zapatería y alguna incursión en la ropa deportiva; pero actualmente se ha generalizado y los trust, emporios, holdings, potencias de moda, o como quiera que se apode a esas famosas marcas, venden los más variados productos. 
De las tres corrientes de moda, la línea maestra y las otras dos secundarias, debe extraerse la lección, por otro lado decididamente positiva, consistente en que, si bien las circunstancias han desaconsejado la artesanía en cuanto a creatividad, exigen, por contra, una terminante profesionalización en el mundo de la moda, que incumbe tanto al diseñador como al empresario, al patronista, al operario de taller y al vendedor, porque los medios de producción son caros, la calidad se hace inseparable del precio del producto y los financieros de esta industria exigen en ella racionalización a ultranza. Los principios expuestos en el CAPÍTULO 1, y el desarrollo que de ellos se hace en el CAPÍTULO 2, desembocan en el inicio de lo que nos es contemporáneo: la gran producción de obra artística en todos los campos de la creación humana. Producción que se multiplica no sólo con el aumento de obra original sino con la reproducción seriada de originales.
 
 
2. Los diseñadores
Por tener a la vista una panorámica general de la moda actual y por no obviar la necesidad que el profesional tiene de conocer los diseñadores de más renombre, a continuación se hace de ellos un apéndice en orden alfabético. 
 
Agnes B (Francia, 1943). Trabajó para DOROTHÉE BIS y otros, hasta que en 1975 abrió su propia tienda en París, donde presenta prendas sueltas y sencillas, que tienen el tacto y la caída de las prendas usadas.  Antonio Alvarado (Alicante, 1954). En los 80 diseña colecciones muy divertidas y menos comerciales, con las que, sin embargo, acapara el gusto de los snobs que forman la llamada movida madrileña de su tiempo.
Giorgio Armani (Italia, 1935). Estudia medicina en Milán, pero entra como escaparatista en unos grandes almacenes, encontrándose así con la moda. Trabaja con Cerruti y Ungaro, entre otros. Crea  después su propia firma, que inicia con ropa masculina. Al ocuparse de la ropa de mujer, trasplanta a ella las ideas de sobriedad y simplicidad de la moda de hombre, y ésta es la gran aportación de Armani: desestructuración de las prendas, confiriéndoles armonía y un uso casi minimalista del diseño y el colorido; además de un estilo netamente personal, apartado siempre de tiránicas tendencias. Ha creado series de colecciones distintas y con marcas diferentes, según al público que se dirige: Giorgio Armani, Mani, Emporio Armani.  Perfumes: Armani hombre, Armani mujer. Gió. Cristóbal Balenciaga (España, 1895-1972). (Véase en Cap. anterior). De origen humilde, aprendió el oficio de sastre con tal pericia que las damas de la alta sociedad que veraneaban en San Sebastián acudían a su taller con los encargos para sus mejores galas. Creativo basado en lo clásico, sobrio, tanto en colores como en formas. Hizo del negro su color emblemático, anticipándose al existencialismo, de tal forma que se llamó a ese color el negro Balenciaga. Su técnica de corte era depurada, exquisita, produciendo prendas impecables, escuetas y elegantes. El año 1936 se trasladó a París. Con una línea de moda muy similar al New look, puede decirse que fue precursor de ello, anticipándosele una decena de años. Se retiró del mundo de la moda en 1968. 
Pierre Balmain (Francia, 1914-1982). Comenzó arquitectura, dejándola inconclusa para trabajar con Molineaux y Lelong. Abrió casa en 1945 y su ropa, estilizada y elegante, triunfó en EE UU, pues supo trasladar el estilo europeo a la corpulencia norteamericana. Jeff Banks (Inglaterra, 1943). Abrió en Londres su tienda Clobber. Ha colaborado con fabricantes de ropa joven, divertida y asequible.
Jonh Bates (Inglaterra, 1935). Trabajando para diversas firmas experimentó formas nuevas y audaces estampados, siendo famoso su vestido blanco de 1973, que tenía en la espalda un enorme escote, hasta el inicio de las nalgas. La mayor parte de sus colecciones las forman vestidos de noche. Gefrey Beene (USA, 1927). Empezó como escaparatista para una tienda de ropa. En 1953 funda su propia empresa. Diseña prendas jugando al equívoco de referencias (sotanas como trajes de noche, etc.), adornos de abalorios y al tratamiento informal de tejidos suntuosos.
Elena Benarroch. Diseñadora de peletería, nacida en Tánger y afincada en España. Inauguró en Madrid su primera tienda en 1979. Hoy su local más famoso está en la avenida Madison de Nueva York. Se debe a ella el hecho de que el diseño entrara en la tan conservadora moda de la piel de pelo. Su firma está en los visones más prestigiosos del mundo; pero estos visones, como las martas, los moutones españoles y sus otras pieles, han dejado de ser arquetipos clasistas para convertirse en lujosas prendas al servicio del cuerpo que visten, y no viceversa. Corta y cose la piel de acuerdo al patronaje, despojándola del recuerdo animal que le era inherente y haciéndola útil y confortable.  Anne Marie Beretta (Max Mara) (Francia, 1937). Trabajó para Esterel y Castillo, entre otros. El año 1974 abre su negocio de moda, donde madura un estilo personal basado en la búsqueda del equilibrio en las proporciones.
Laura Biagotti (Italia, 1943). Después de estudiar arqueología pasó a trabajar en la pequeña empresa textil de su madre. Es conocida especialmente por sus prendas de punto, de cachemir y lana, de líneas sobrias y con pequeños detalles personales en la confección. Su perfume: Venecia. Bill Blass (USA, 1922) Empezó diseñando prendas deportivas, hasta que en 1970 contó con su propia compañía. Es conocido por su ropa de corte clásico y armada, pero siempre con detalles de corte que atenúan la aparente rigidez. Otra de sus ventas importantes son los trajes de noche muy al gusto norteamericano.
Marc Bohan (Francia, 1926). Licenciado en Arte y Filosofía, trabajó para Piquet, Molineaux y Patou. En 1958 fue nombrado director artístico de Dior en Inglaterra y dos años después sucedió a Saint Laurent como diseñador jefe de la casa central, cargo en el que permaneció hasta ser sustituido por Ferré. Bohan ha sido notable por sus diseños de trajes de baile y ceremonia, confeccionados con tejidos suntuosos y exóticos. Elio Berhanyer (España, 1931). Autodidacta que asimila de manera impecable los conceptos de la sastrería masculina clásica.De su origen cordobés, transmite a sus prendas cierto aire andaluz que le han hecho popular. Son, además, característica de su ropa las líneas geométricas, cortes cargados y grandes botones blancos. Berhanyer y Pertegaz son los modistas españoles más representativos de los años 60. 
Manolo Blannik (España, 1943). Estudia Literatura en Ginebra y Arte en París. Abrió tienda en Londres, desde donde posteriormente ha diseñado zapatos para Ossie Clark, Calvin Klein, Yves Saint Laurent, Rifat Ozbek, y otros; diseños estos que tienen una gran reputación internacional por ser creaciones armoniosas, suaves y coloristas. Comme des Garçons (v. Rei Kawakubo).
Jean Cacharel (Francia, 1932). Trabajó como aprendiz de sastre hasta que en 1958 abrió su primera tienda en París. Especializado y cotizado en camisería, sobre todo la femenina, en cuyos tejidos introdujo innovaciones, los tejidos Liberty y los bordados. También realiza colecciones completas y perfumes: Anaïs-Anaís, Lou-Lou y Cacharel hombre, Eden.  Roberta di Camarino (Italia, 1920). Diseñadora veneciana especializada en complementos: bolsos, sacos de terciopelo, bufandas, guantes y, sobre todo, paraguas.
Roberto Capucci (Italia, 1929). Diseñador romano, estudió Bellas Artes y, aunque se afincó temporalmente en París, volvió a Roma, donde son muy famosas sus creaciones femeninas, glamorosas y sensuales.  Pierre Cardin (Francia, 1922; si bien nació en Venecia, de padres franceses). Aprendiz de sastre, entró a trabajar con Paquin y Schiaparelli. En 1957 lanzó su primera colección femenina y algunos años después el prêt-à-porter. Su línea general es muy expresiva y, a menudo, asimétrica e irregular. Se le conoce mundialmente por el uso del punto. Cardin ha diseñado de todo, desde paraguas hasta coches, cajetillas de cigarrillos, etc; la suya es una de las marcas de prestigio que ha sido más imitada y falsificada.
Oleg Cassini (Francia, 1913). Imitador de Chanel y los grandes diseñadores franceses, es famoso por haber sido el modista oficial de Jacqueline Kennedy cuando fue primera dama de Los EE UU.
Jean Charles Castelbajac (Francia, 1950). Alcanzó la fama con su vestimenta funcional, empleando géneros y fibras naturales. Realiza estampados a mano y utiliza mucho el color y la figuración en las prendas de punto. 

Antonio Castillo (España, 1908). Trabajó con Paquin, Piguet y, después de una etapa neoyorquina con Elisabeth Arden, con Lanvin. Abrió su propio establecimiento en 1964, creando prendas elegantes y muy sofisticadas.

Nino Cerruti (Italia, 1930). Nieto de una familia dedicada a la fabricación de tejidos, fundada en 1881. En 1963 creó una línea de prendas de punto y en el 67 su colección de prêt-à-porter masculina, donde es un líder indiscutido en la confección de trajes y camisería. Cerruti 1881 es su aportación más importante a la perfumería masculina.

Liz Claiborne (Bélgica, 1929). Después de estudiar BB AA en Francia y EE UU, trabajó en Nueva York donde creó su propia empresa en 1976, que produce ropa juvenil y deportiva. Ossie Clark (Inglaterra, 1942). Diseñador que forma parte del movimiento underground de los años 60 en Chelsea, inventor del perfecto de cuero y creador de otras prendas como minishorts, maxiabrigos, etc. 
Jasper Conran (Inglaterra, 1959). Estudió en Nueva York, trabajó con Fiorucci y, en 1978, presentó su primera colección personal, de estilo muy sencillo y materias de gran calidad. André Courrèges (Francia, 1923). Empezó ingeniería y la abandonó, seducido por la moda. De 1949 a 1961 trabajó con Balenciaga, hasta que abrió su propia casa. Se le ha llamado el diseñador de la era espacial, por la funcionalidad y el futurismo de sus diseños. Incansable buscador de nuevas materias primas y tejidos para su ropa. Empreinte, Eau de Courrèges, son creaciones suyas en perfume.
Coco Chanel (Francia, 1883-1971). (Véase Cap. 2) Christian Dior (Francia, 1905-1957). (Ver Cap. 2)
Jordi Cuesta (España, 1960). Diseñador catalán que triunfa joven con el boom de la moda de España. Se caracteriza por su eclecticismo y su monotemática. Acostumbra trabajar con colores lisos y un estampado por colección. Joven modelo profesional y después importante comercial de moda. Adolfo Domínguez (nacido en Orense, España, 1950). Diseñador típicamente generacional, procedente del 68, estudiante de la universidad de Vicennes, protagonista de la campaña publicitaria la arruga es bella que más ha hecho por la industria de la moda española. Identificado con la moda de los intelectuales de izquierdas, comenzó a fabricar ropa en el taller de sastre de su padre, hasta que un técnico del marketing se asoció con él y lo catapultó al punto de ser una de las más grandes factorías de moda.
Sonia Delaunay-Terk (Rusia, 1889-1979). Era pintora cuando en 1910 se casó con Robert Delaunay, uno de los pintores emblemáticos del orfismo. Bajo la influencia de su marido, Sonia afirmaba que había descubierto los principios esenciales de la construcción con color y que estos podían aplicarse a cualquier arte plástico, desde la pintura hasta la moda. Sus creaciones suponen la primera abstracción artística aplicada a la ropa y fueron realizadas con el apoyo de la aristocracia española. Puede advertirse su influencia en Patou, Schiaparelli y en el pop de los años 60. Jacques Doucet (Francia, 1853-1929). Heredó una tienda de lencería y en 1875 abrió una casa de alta costura en París, desde donde se convirtió en uno de los modistas más afamados del final de siglo. Fue el predilecto de la alta sociedad, por su gusto en la elección de tejidos sedosos, los colores pastel y el tratamiento de la peletería. Se sumó a la corriente que propuso eliminar el corsé.
Dorothée Bis, firma de moda desde los años 60, en París y EE UU, procedente del matrimonio Elie y Jacqueline Jacobson. Se hicieron famosos con su ropa juvenil (casi de niños) para adultos: vestidos recortados, trajes pantalón, calcetines vistos hasta la rodilla y gorras bisera. Lo más importante de la firma ha sido su ropa de punto, con elementos conjuntados y complementos de la misma firma. Gianfranco Ferré (Italia, 1944). De joven, exitoso diseñador de joyas y accesorios. Empieza a diseñar ropa para Lagerfeld y Fiorucci. Diseñador formado en la Arquitectura, traduce sus planteamientos, con gran precisión técnica, en un prêt-à-porter de gran prestigio.
Adele Fendi, fundadora (1918) de la casa que lleva este nombre y que empezó confeccionando bolsos de lona. En 1962 Karl Lagerfeld comenzó a diseñar peletería para esta marca. Desde entonces Fendi es la firma pionera en una nueva técnica de moda en piel, consistente, especialmente, en borrar del uso de la piel el carácter de brutalidad que tal uso pueda tener, ya sea a base del corte de las piezas, de los tintes y del tratamiento que le confiere una ligereza y flexibilidad inusuales en esta noble materia. Fendi y Lagerfeld dominan la moda y el mercado peletero. Mariano Fortuny (España, 1871-1949). Hijo del pintor Mariano Fortuny, estudió dibujo y química en Francia y Alemania. Influido por Willian Morris y el movimiento Arts & Grafts se acoge conceptualmente a las fuentes del clasicismo y a las técnicas artesanales en el tratamiento del tejido. Abunda su investigación en la estampación y en el tintado, inspirado en fuentes históricas y exóticas. Mezcla rara de artista y couturier, es un precursor de los creadores de moda, y entre ellos uno de los más grandes. Varios diseños Fortuny aún perviven, como el pañuelo Knossos y plisada Delfos, que posee esa exclusiva elegancia de adherirse al cuerpo femenino.
Jean Paul Gaultier (París, 1952). Enfant terrible del diseño, fichado por Cardin y después por J. Esterel y J. Patou. Quizás hoy día sea el diseñador de prêt-à-porter más influyente. Autor de un producto de moda que mantiene su brillantez desde el diseño hasta la confección y el acabado final. Domina, por un lado, una originalidad basada tanto en lo clásico como en lo nuevo, y, por otro, el exhibicionismo y la genialidad. El antes niño prodigio puede ser considerado hoy uno de los divinos de la moda. Pionero del lucimiento exterior de prendas íntimas, es el diseñador de los atuendos que, en este sentido, la cantante Madonna ha hecho tan famosos. Marithé y François Girbaud. Diseñadores franceses conocidos como pareja en París hacia 1960, con su boutique de tejanos diseñados por ellos mismos, hechos con denim. Son autores de los denim desteñidos, los lavados a la piedra y los pantalones de ciclista. Sus creaciones en este tipo de ropa (y otras en piel y de niños) son muy vendidas en todo el mundo y muy copiadas por otros diseñadores. 

Thierry Hermés. (Francia, hacia 1910). Diseñador guarnicionero, famoso por su firma en guantes, cinturones y botas; también pañuelos y, sobre todo, su conocido bolso Kelly (por Grace Kelly, que lo popularizó) con forma que recuerda a una alforja.

Hubert de Givenchy (Francia, 1927). Diseñador considerado como sucesor de Balenciaga. Después de estudiar BB AA, trabajó con Fath, Piquet, Lelong y Schiaparelli. Obsesionado con las formas camiseras, es, además, preciado creador de vestidos de gala, a los que dota de extrema elegancia y refinamiento. Predilecto de Jacqueline Kennedy y Audrey Hepburn.

Carolina Herrera. Venezolana, 1963 (hija del presidente Herrera Campins), afincada en EE UU con abundante clientela entre las clases altas, a quien vende caros vestidos de noche y calle. Como diseñadora cultiva motivos regionalistas en colores y formas. Son afamados sus grandes lunares.

Donna Karan (Nueva York, 1948), alumna de la Escuela Parsons. Directora y diseñadora de la casa Anne Klein, hasta que, en 1984, se establece como independiente.

 


Simone de Beauvoir, 1938, 
vistiendo moda de playa de Hermès.
Rei Kawakubo (Tokio, 1942). Diseñadora japonesa fundadora de Comme des Garçons (1969), con un diseño basado en el mestizaje entre lo oriental y lo occidental. La sorpresa de sus prendas causó un gran impacto tanto por las formas (arrugadas, rasgadas, enrolladas, ...) como por sus colores sombríos y empolvados. Kenzo (Kioto, 1940). Graduado en Arte y figurinista para prensa de moda. Trasladado a París a los 24 años, triunfa de inmediato con sus propias colecciones, sobre todo en algodón. Mezcla habitualmente los estampados y superpone tonos. Como otros diseñadores japoneses, tiene éxito en la mezcla de conceptosorientales y occidentales. Especial importancia han tenido algunos de sus modelos en géneros de punto.
Calvin Klein (Nueva York, 1942) Formado en el Fashion Institute of Technology. Comienza diseñando abrigos y trajes, el mismo tipo de prendas en las que trabajó antes como empleado. A finales de los sesenta alcanza un éxito notable con prendas deportivas de líneas sencillas; famosos sus modelos de chaquetas guisante, los sobretodos de muleton con cuello de piel y los suéteres de cuello cisne. Desde los setenta son famosos su pantalones tejanos. Christian Lacroix, del Midi francés, el último de los grandes maestros que ha abierto casa de modas. Diseña con inspiración de raíces españolas y es original, por otra parte, en los buenos resultados que obtiene en la conjunción de elementos que son esencialmente (o convencionalmente, al menos) contradictorios: colores, estampados, etc.
Karl Lagerfeld. Nace en Hamburgo en 1938 y estudia en París desde los catorce años. En 1955 Balmain produce un abrigo diseñado por Lagerfeld (cuando éste contaba diecisiete años). Después de Balmain, Patou fue su segundo lugar de trabajo; más tarde, Chloé (a la que imprime un gran prestigio, como ocurrirá en Fendi), Krizia y Charles Jourdan. Tenía 29 años cuando se incorpora a Fendi. También ha dirigido Chanel (1983). Parte de la gran innovación que Lagerfeld aporta a Fendi, y a toda la moda en piel, es la utilización, impensable hasta el momento, de pieles como el topo, el conejo y la ardilla, que se consideraban inservibles. De su prematura, larga y profunda trayectoria profesional, Karl Lagerfeld ha conseguido una seguridad inequívoca en el diseño y la ejecución de su obra, siempre atrevida e innovadora y siempre, sin embargo, resuelta con éxito, tanto si diseña una falda sobre un pantalón o una pastora con pañuelos de seda. Lagerfeld pasará a la historia de la moda como uno de los grandes maestros, junto a Worth, Chanel, Balenciaga y Dior. Jeanne Lanvin (Bretaña francesa, 1867-1946). Se introduce en la moda con una tienda de sombreros en París, pero desde ella adquiere renombre con los vestidos que hace para su hija y su hermana. Cuando, años más tarde, abre su casa de alta costura, diseña reminiscencias del siglo XVIII: faldas de amplio vuelo y cintura estrecha. Iniciada la P.G.M., su diseño de un sencillo vestido camisero (con inspiración tradicional bretona) marcó toda una línea de moda de los años veinte; le siguió una chaqueta corta y ribeteada de trenzado, con cuello de organdí blanco, vuelto sobre un lazo de satén, con sombrero marinero. Abundó en la utilización de un peculiar tono azul y en finos bordados.

Jeanne Lanvin 
Guy Laroche (Francia, 1923-1989). Trabajó en Francia y en EE UU. Es importante su prêt-à-porter trajes sastre. Loewe. Marca española de élite de moda, vinculada a la familia Loewe, instalada en Madrid en 1846, que nació en la artesanía de la piel y ha ido absorbiendo otros campos de moda y perfumería. Mantiene su prestigio con diseños clásicos en un soporte comercial de marca de gran calidad, tanto en los materiales como en la confección.
Ralf Laurent (Nueva York, 1939). Trabaja primero para Brummel, haciendo corbatas; crea, en esa casa, la línea Polo, para hombre. Su etiqueta Ralf Laurent nace el 1972, para mujer, con prendas en cachemir, algodón y tweed: chaquetas de montar, suéteres, faldas plisadas, camisas de cuello recto, vestidos de terciopelo con cuello de encaje y faldas y pantalones de franela. Del 78 son (el estilo pradera) sus faldas en denim sobre enaguas de algodón blanco y blusas holgadas y con largas mangas. Del 80 (la moda frontera) faldas amplias y camisas al estilo Madrás, blusas de hilo con volantes y capas con capucha. Línea de moda, como se ve, inspirada en la tradición.

Antonio Miró (Barcelona, 1948). Se inicia en la moda como comercial, con su cadena de tiendas Groc (amarillo, en catalán). Diseñador de líneas puras y con una paleta de colores muy personal y tejidos naturales. Diríase discípulo de Balenciaga.

Mary McFaden (Nueva York, 1938). Después de estudiar en Francia, fue empleada de la casa Dior, empleada de Vogue. Desde 1976  trabaja con su propia firma en Estados Unidos. Hace vestidos de inspiración libanesa y palestina, con telas suntutosas y sedas decoradas a mano.
Claude Montana (París, 1949). Comenzó diseñando bisutería de inspiración mexicana, que incluso él vendía en mercadillos. Diseñador de piel, con gran reputación internacional. Iniciador de los abrigos y chaquetones de anchos hombros, a finales de los setenta. Audaz en la decoración de herrajes y tintes brillantes. Issey Miyake (Hirosima, 1935). En el 65 comienza a vivir en París y a trabajar con Laroche y Givenchy. Su primera colección, en cambio, se presenta en Nueva York. Son características sus prendas drapeadas y sus líneas ampulosas. Mantiene una constante alianza de conceptos orientales y occidentales y suscita gran parte de la atención que sigue prestándose a los diseñadores japoneses.
Francis Montesinos (Valencia, 1950). Diseñador que tiende al barroquismo en sus modelos de inspiración folclórica andaluza y levantina, es, sin embargo, notable su aportación en el prêt-à-porter Franco Moschino (19.., 1994). Diseñador de moda y complementos, cuyas creaciones se basan en una actitud irónica y crítica ante el mundo de la moda. Utiliza sus prendas como reclamo publicitario de sí mismo y de causas de justicia social, ecología etc.
Thierry Mugler (Estrasburgo, 1948) Precoz diseñador, a los 24 años tiene su propia etiqueta. Diseña, corta y confecciona con impecable técnica modelos suntuosos, con cierta carga de erotismo y con clara intención de cautivar y ser admirados.  Rifat Ozbek. Su ropa se caracteriza por la exaltación que hace de lo femenino en su vertiente de "mujer fatal", a través de lo ajustado y escotado en las prendas. Utiliza con frecuencia tejidos elásticos y bordados característicos suyos.
Jean Patou (Francia, 1880-1936). De familia de curtidores, con la que trabajó; posteriormente diseñó y vendió ropa en su propio establecimiento parisino, antes y después de la P.G.M. Después de la guerra sus prendas deportivas se hicieron las más famosas; de esta temprana experiencia cobran importancia los suéteres, que se mantienen siempre en sus colecciones y en los que, con el tiempo, daría cabida a los motivos cubistas; con el mismo éxito diseñó bañadores. Lo mismo que Chanel, participó de aquella filosofía de moda de entreguerras, para mujer activa. Defendió la cintura natural en la ropa de mujer y la silueta sin artificios. Manuel Pertegaz (Teruel, 1918). Aprendiz de sastre en su adolescencia. A los 24 años abre su casa de alta costura en Barcelona. En Madrid, 1968. En su etapa de Barcelona se consolida como uno de los maestros de la alta costura española. Austero, clásico y elegante en diseño y prêt-à-porter, es, en cambio, amante de los vestidos suntuosos para la alta costura.

Jean Patou, con un grupo de modelos, hacia 1922
Manuel Piña. Diseñador manchego que trabaja en Madrid desde principios de los 60 en un pequeño taller de punto, material que siempre ha destacado en sus mejores creaciones. Participa en el proyecto jóvenes creadores (de los Grandes Almacenes Galerías Preciados). Una colección experimental de trajes suyos pintados por Joan Gomila, fueron expuestos en distintas galerías de arte. Diseña modelos con aire de comic vamp.

Jesús del Pozo. Diseñador madrileño (1946) del look de los años 80. Se caracteriza por estructurar la ropa a su manera, eliminado la estructura clásica, y construyéndola con moldes arquitectónicos propios reconfigura la silueta, cortes atrevidos, etc. Su ropa es racional, bien construida, a base de planos correctos, pero no los tradicionales. 

Paul Poiret (París, 1879-1944), es importante por la inquietud con que vivió la moda de su época más que por su producción como diseñador; fue un auténtico activista de la moda cuando acababa de comenzar el siglo XX. De muchacho, fue aprendiz de paragüero y después trabajó en las casas Doucet y Worth, abriendo más tarde su propio establecimiento de modas en París, el año 1904. Pionero en las publicaciones ilustradas con modas. Pionero en la reducción de número de prendas en la ropa interior femenina, hasta quedar sólo el corsé, alargándolo hasta la cadera. Introductor de las influencias orientales, con la llegada de los ballets rusos de Diaghilev. Creó la primera escuela de diseño de de tejidos, La École Martine, de París. Promovió la creación del Sindicato de la Alta Costura francesa (1914); y, por si fuera poco, participó en el ejército francés de la P.G.M.

Mary Quant (Londres, 1934) Estudió Arte y trabajó de dependienta sombrerera. En 1956 abre su Bazaar en King's Road, con dos socios. En esta boutique sintoniza con la clientela joven de los años sesenta y, ya diseñadora, pone de moda la MINIFALDA, las medias panty de colores, los suéteres de canalé, los cuerpos de ganchillo y los anchos cinturones sobre las caderas. Tuvo tal éxito de ventas que diseñó desde ropa interior y medias a todo tipo de ropa exterior y complementos.

Paco Rabanne (San Sebastián, 1934). Hijo de una costurera de Balenciaga. Vive en Francia desde la guerra española del 36. Estudió Arquitectura y comenzó diseñando joyas para Balenciaga, Dior y Givenchy y este uso de materiales no tejidos lo incorporó al diseño de ropa, haciendo prendas en papel, aluminio, plumas, rejilla metálica y plástico. Ha trabajado para las artes escénicas y sigue siendo prestigioso joyero y creador de otros productos de moda.

Ágata Ruiz de la Prada. Española. Diseñadora insólita que juega con telas caras y de gran calidad, desmitificando y desacralizando, en cierto modo, los tejidos más nobles. Parte de su intención en el diseño puede ser escandalizar o epatar.

Oscar de la Renta. Diseñador dominicano. Famoso por una portada de Life donde apareció su traje de puesta de largo de la hija de un embajador de EE UU en España; afincado más tarde en ese país, se ha convertido en uno de los preferidos por la alta sociedad norteamericana. Titulado de la Academia de BB AA de San Fernando, Madrid. Empleado de Balenciaga en Madrid, de Castillo en París y de E. Arden en Nueva York. Sigue diseñando con indudable inspiración española: bordados, volantes y frunces. 

Yves Saint Laurent (Orán, Argelia, 1936, formado y afincado en París). Siendo estudiante ganó un concurso de diseño del Secretariado Internacional de la Lana, con un vestido de cóctel; y así ingresa en Dior, llegando a dirigir el diseño de esta casa a la muerte del maestro. Su dirección revoluciona la tradición Dior, pero pronto la clientela de la casa percibe que el modista Saint Laurent está rediseñando la pura y llana moda de calle, confiriéndole el carácter de alta costura. Ausente Saint Laurent durante la guerra de Argelia, la dirección Dior la toma Marc Bohan. Licenciado de la guerra, S.L. abre su propio salón en París, con una colección en la que figuran blusones de punto, de seda y de satén, y una chaqueta guisante de lana azul marino que obtuvo una gran éxito. En el 63 sacó unas botas altas, hasta el muslo, que fueron copiadas en el mundo entero. En el 65, sus vestidos Mondrián (recuérdese que es contemporáneo de Schiaparelli). En el 66, los smoking para mujer. En el 68, las blusas transparentes. En el 69, el traje pantalón (el mayor adaptador de ropa de hombre para mujer, en toda la historia del vestido: además del pantalón, abrigos, trincheras, safaris). En el 71, la blazier. Desde su colección del 76 los pañuelos y chales quedan siendo accesorios permanentes de moda. No sólo en el prêt-à-porter, sino en la vestimenta en general, Saint Laurent representa un liderazgo indiscutible. El terciopelo negro en alta costura es prácticamente una patente Saint Laurent.  Elsa Schiaparelli (Roma, 1890-1973). Nació en un rígido contexto social y religioso en el que recibió una educación muy conservadora; pero a ella le pertenece la decisión de romper con aquel vanguardismo individualista de la época de entreguerras y así se hizo su sitio en la moda francesa y en la batalla de los sexos, contribuyendo señaladamente al avance social y profesional de la mujer moderna, de la cual ella misma fue un claro exponente. Tomó alrededor de cuarenta años transformar a Elsa, la sensitiva, la poetisa y lírica en Schiaparelli, la seca, la ejecutiva de carrera. Pero ayudó a ello el amoroso marco y la atmósfera cultural de su infancia y adolescencia, los sucesos, los tiempos dramáticos que marcaron su temprana maduración, el desarrollo artístico e industrial moderno, que ella, más que otras de sus competidoras, comprendió y promovió. Muchas personalidades importantes en el mundo de la moda abundan en la opinión de que todo lo verdaderamente significativo en moda ocurrió en el primer tercio de este siglo y que de entonces para acá no ha ocurrido nada nuevo. Tal vez tengamos que esperar hasta el principio del siglo XXI para ver si somos capaces de conseguir algo inédito todavía en nuestra forma de vida. A éste novedoso inicio secular, ya pasado, pertenece pues, Schiaparelli. Su tendencia no ha sido continuada por otros diseñadores, no ha tenido sucesor; pero representa esa oportunidad única de la implicación mutua que se da entre el arte y el diseño de moda. Esto es lo esencial. (véase más Schiaparelli
Adrienne Steckling, Adri (USA, 1930). BB AA en la Universidad de St. Louis, Missouri, y Diseño en la Parsons, NY. Ropa funcional, práctica, fácil de llevar, muy al estilo made in USA. Partidaria del vestuario personal creado pieza a pieza, con prendas intercambiables (tendencia notable en algunos otros diseñadores actuales), combinables entre sí. Sybilla (Nueva York, 1963, hija de madre polaca y padre hispanoargentino). Se siente española y como tal es la primera española que produce y desfila en Italia. Diseña con cierta inspiración art decó y, a la vez, surrealista; introduce elementos inusuales en sus prendas como hojalata en los cuellos y alambres en los tirantes.
Enmanuel Ungaro (Francia, 1933). Hijo de sastres, trabajó en Balenciaga y Courrèges. Con su propia firma, después, diseña ropa de línea futurista: vestidos cortos de pronunciada línea A; vestidos de encaje transparente; sisas muy bajas; prendas de metal. Su prêt-à-porter es menos rígido. Los grandes dibujos de sus estampados son una de sus características. Valentino (Italia, 1933). Estudia BB AA en Italia y Alta Costura en París. Empleado en Dessès y en Laroche. Valentino es sinónimo de importante firma de moda italiana. Lo caracterizan sus complementos muy copiados: grandes lazos, medias bordadas y su V inicial en botones y cuellos. Modista de damas de la alta sociedad internacional.
Roberto Verino (Verinno, en un principio). Diseñador y empresario gallego, de la generación del 1968. Reivindicador caracterizado por la utilización del corte al biés y experimentos con nuevas telas y guarnición. Inventor, en los setenta, de las prendas de punto con adornos de piel. Vittorio y Luchino (José Víctor y José Luís). Diseñadores españoles cuya moda femenina, enraizada en su ambiente andaluz, toma del folclore flamenco el aire de sus diseños muy populares.
Vuokko (Finlandia, 1928). Trabaja en MARIMEKKO hasta que en el 65 crea su propia firma de moda. Diseña formas muy sencillas, sobre todo en algodón y en punto de colores claros, con dibujos y estampados como parte del diseño (círculos y rayas). Vivienne Westwood (Inglaterra, 1941). En una primera época diseña ropa de cultura joven, urbana y anárquica, ligada a grupos del rock y punck inglés. Después gira a un aire más romántico, en torno a los mismos motivos fetichistas. En general crea furor con sus modelos, por su atrevimiento experimentando con la ropa y las telas, sin preocuparse por ninguna confección normalizada.

Vionnet, 1935, probando
un diseño sobre una muñeca.
Madeleine Vionnet (Francia, 1876-1975). Uno de los raros personajes que tuvieron innato el sentido de la costura y de la moda; aun procediendo de la banlieu parisina, y trabajando desde niña, a los 31 años trabaja en la casa DOUCET y después se instala por su cuenta. Maestra en el corte al biés. En general, Vionnet, con su larga vida profesional, hay que definirla como una de las mayores contribuyentes a la consolidación de esta profesión.
Charles Worth (Inglaterra, 1825-1895). Como puede verse en el CAP. 2, Worth abarca todo el primer tercio de esta moderna historia de la moda (la contemplada en la presente obra). Aprendiz, casi desde niño, su primer empleo profesional lo obtiene en París. A partir de contar con su establecimiento parisino, despoja a la vestimenta de sus características arcaicas: suprime el miriñaque y recoge las faldas por detrás, formando una cola, definiendo la silueta femenina. Apoyado desde el principio por la emperatriz Eugenia, terminó vistiendo a toda la realeza europea de su época, a actrices como Sarah Bernhardt y Eleonora Duse; sus muchas clientas distinguidas gozaban literalmente entregándose a la sastrería de su salón, tal vez intuyendo, por su parte, el protagonismo de una nueva forma de vestir. Como inventor o pionero de moda, no cabe duda de su intuición para el diseño y su sensibilidad para las telas, cuestión, ésta última, que animó en gran medida la industria textil de Lyon y de toda Francia.
Kansai Yamamoto (Yokohama, 1944) Desde que abrió su salón a los 27 años, es un diseñador que tiende a lo insólito, tanto en sus colecciones como en la forma de presentarlas. Mezcla lo tradicional japonés con los conceptos sport occidentales, produciendo una ropa de expresión un tanto abstracta, aunque con vigor y aplomo. Yohji Yamamoto (Japón, 1943) Formado en el Centro de Moda de Tokio. Diseña ropa siguiendo una tendencia radical y no tradicional, confeccionando voluminosas prendas. 
 
3. El look
3.1 La crisis de la moda 
En el final de este ensayo, moda, ¿por qué?, es necesario que recuperemos el principio del mismo, sintetizado en el título vestirse, adornarse, transformarse, por resumir la historia de la moda tal como este libro lo pretende hacer. La mayoría de los historiadores y sociólogos de la moda fijan el nacimiento de ésta en las Leyes Suntuarias promulgadas en Europa en el siglo XIV y XV. Naturalmente esta fecha se refiere nada más que al mundo occidental y excluye, además, la antigüedad de otras civilizaciones, como la Grecia y Roma clásicas, la egipcia y las orientales. Las leyes suntuarias atienden a la reglamentación del vestido y no a la moda. Más aún: fue la moda la que superó aquellas rígidas normas, y subsistió a pesar de ellas. Aquí hemos inaugurado la moda con Poiret y con la industrialización textil, el telar mecánico y la máquina de coser. Los principios están, pues, bien alejados uno del otro. La razón y el significado de las leyes suntuarias quedó históricamente apartado del contexto de moda y sólo sirve actualmente para soportar determinados argumentos sociológicos que algunos ensayistas utilizan para cuestionar aspectos de la moda actual o reciente y explicar el invento imaginario que llaman crisis actual de la moda. 
3.2 Las tendencias
El extracto argumental de todos los pesimistas de la moda es lo que, con algo de nostalgia, ellos mismos echan de menos: que en el momento actual ya no prosperan las extravagancias. Dicho de otra manera más eufemística: ha desaparecido el dictado de la moda. Nunca perduraron las extravagancias. Para el profesional de esta industria y de este arte, tal dictadura nunca existió; porque las colecciones tuvieron éxito y triunfaron, sencillamente; porque la sociedad recibía del diseñador lo que en ese momento estaba necesitando; porque cada época se ha vestido a su manera. Lo que en determinados períodos tuvo de caprichosa la moda (aparte de lo extravagante, que es menos notorio), se ha disipado para dar paso a una cualidad más resistente ante el paso del tiempo: la científica; no sólo la moda del vestido, toda la moda es científica. 
Ha desaparecido el vértigo de la moda, los cambios que, vistos en la distancia, nos parecen rupturas repentinas. Sin embargo, el hecho de que esos cambios no se den ahora, no quiere decir que la moda, como la entendíamos, ya no exista. Ha desaparecido la homogeneidad de la moda y en su lugar se da una convivencia de las modas que han quedado: la falda corta con la larga, lo ceñido con lo holgado, lo vamp con lo austero y recatado, lo sofisticado con lo sencillo. Una moda actual es esta suma de modas consolidadas en los últimos tiempos. 
En cuanto a echar en falta las tendencias que cada temporada afloraban en las colecciones, hay que puntualizar que las tendencias han venido marcándose y fijándose a lo largo de los ciento cincuenta años de moda que hemos expuesto en esta síntesis. El estudiante irá comprendiendo sus razones a medida que se afianza en su profesión y aprenderá a discernir lo que son las líneas maestras, y cómo su permanencia es incuestionable. Es el desmesurado afán de innovación, el snobismo y la superficialidad lo que lleva a sentir la falta de tendencias, porque éstas, como tales, en su naturaleza propia, sí existen, están marcadas ya, y se vienen dando y afianzando desde el primer salón de modas de Poiret hasta la última colección de Lagerfeld:

 
    • La primera tendencia es el buen gusto
    • La segunda es la profesionalidad
    • La tercera, consecuencia de las dos anteriores, es la racionalidad
La tendencia más nueva en la moda consiste precisamente en eso: recuperar para la moda lo esencial, lo básico, lo correcto y un sentido equilibrado de la belleza. La moda, definitivamente, no es algo que deba inventarse cada día, y al igual que el buen vino, con el tiempo puede mejorar; no necesita para subsistir sino que subsista el sentido del placer y el ansia de vivir, eso es también un sentido lúdico de la vida y, a la vez, una preocupación existencial. No en vano la primera moda fue una hoja de parra (que los pesimistas de la moda dicen que fue de higuera) y se dio en lo que hemos llamado paraíso terrenal.
3.3 La moda del diseño: el look
Se han mostrado en el presente capítulo tres aspectos esenciales de la moda actual: 
    • La falta de tendencias nuevas, junto a la homogeneización de las anteriores en una sola.
    • La recuperación de las tendencias esenciales hacia lo perenne de la moda. 
    • La concentración de la oferta de moda en cuanto a los agentes y su diversificación en cuanto a los productos. 
Dicho esto, salgamos de la circunspección de la moda en el vestido, para situarnos ante un panorama general de nuestra forma de vida, en la que el cuidado y refinamiento que hemos dedicado a la vestimenta exterior ya no es privativo de ella, antes bien abarca toda nuestra actividad, en el trabajo, en el ocio y en el descanso. Esto, que en sí ya es un cambio de rumbo en nuestra preocupación por los signos externos de nuestra personalidad, aun llamándolo moda, no es tampoco el único cambio, porque lo externo lo hemos ligado a lo físico propio, a lo interno, e incluso a lo íntimo. No viene al caso averiguar cuánto ha influido la moda en estas nuevas actitudes, cuánto de nuestro hábito por cuidar nuestro vestido nos ha acostumbrado a cuidar otros aspectos externos, cada vez más, hasta terminar por ramificar la moda a todo lo que llevamos encima. A la moda del vestido se sumaban los complementos que también se diseñaron: los perfumes, los de marroquinería, los pañuelos, etc, más tarde las gafas; pero terminó por "complementarse" con todo: con los artículos de viaje, con el coche y con el apartamento. 
    • El diseño se amplía a todo lo útil
    • El vestido no es el signo externo de la personalidad sino uno de los signos
    • El ciudadano se preocupa por todos los aspectos de su personalidad
    • La moda no es una sino varias y también varios los motivos-objeto de moda
Las personas preocupadas porque su calidad de vida transcienda a su ámbito social no se queda en cuidar sólo su vestido sino toda su apariencia, su cuerpo y su comportamiento. La moda tradicional del vestido, en vez de circunscribirse sólo a él, se ha adueñado de todo el cuerpo y constituye el look personal. En términos de moda, el estado del bienestar significa estar bien. Y esta moda consiste en cuidar el cuerpo: bien conformado, musculado, sano por dentro y por fuera, sano en el aspecto y sano de salud.
      CONCLUSIÓN
      En cuanto a las tendencias de moda, no es que hayan dejado de existir, al contrario, han quedado definitivamente sentadas. La moda del vestido no está en crisis; forma parte de la moda en general, que hemos ampliado tanto como el horizonte de nuestra vida. Y en cuanto al vestido, el profesional de éste debe saber que sigue necesitando confección, patronaje, diseño y telas.
 

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