Los técnicos superiores en Educación Infantil son mucho más que profesionales volcados en la enseñanza para edades tempranas.
La docencia es, más que una profesión, una vocación. De los docentes depende el futuro de muchas personas, ya que son quienes nos guían a través de nuestra formación a lo largo de muchos años.
Por supuesto, existen diferentes niveles educativos y, por lo tanto, diferentes tipos de docentes. Por ejemplo, desde que damos nuestros primeros pasos y hasta que cumplimos los 6 años de edad, son los técnicos superiores en Educación Infantil quienes se encargan de nuestra enseñanza.
Todo el que quiera elegir la formación profesional de educación infantil debe tener muy claro no solo el rango de edades con el que debe trabajar, sino también cuáles son sus funciones y responsabilidades dentro del ámbito educativo. ¿Qué hace exactamente un técnico superior de este tipo? ¿Se limita su labor solo a los niños o también tiene que ver con los padres? ¿Debe asumir responsabilidades más allá de la educación que trabaja?
Son dudas muy habituales y que incluso se tienen tras haberse matriculado en la formación necesaria para adquirir la titulación correspondiente. Y son, precisamente, las que vamos a abordar aquí para que queden muy claras las posibilidades de este perfil docente.
Principales labores de los Técnicos Superiores en Educación Infantil
Se podría decir que las funciones y responsabilidades de un Técnico Superior en Educación Infantil abarcan tres campos fundamentalmente. Dado su papel en el devenir de los niños y su participación como parte del proyecto educativo del centro en el que trabaje, debe asumir obligaciones que van más allá de los pequeños.
De hecho, un buen técnico superior en este ámbito debe saber trabajar también con las familias y con el resto de sus compañeros. Vamos a ahondar en cada una de estas tres áreas de trabajo a continuación:
Funciones con los niños
Por supuesto, las funciones más importantes de un técnico de esta naturaleza miran a los niños. Su trabajo como educador implica saber organizar el ambiente en el que estarán los niños, ajustando el mobiliario y distribuyendo espacios. Asimismo, tiene que encargarse de diseñar y establecer las rutinas de las actividades diarias de sus clases.
Tiene más funciones que son cruciales para la formación de los más pequeños. Debe fomentar su autonomía, iniciar la enseñanza en el uso de materiales escolares, fomentar la participación en actividades que fomenten la curiosidad de los niños, reforzar la comunicación verbal y no verbal creando situaciones comunicativas y, por supuesto, ayudarles y orientarlos en su crecimiento y desarrollo.
Es un maestro que no puede dejar atrás las necesidades básicas de los pequeños cuando está con ellos, que debe enseñar actividades y juegos. Educa y forma en los aspectos más básicos para reforzar las dotes comunicativas asentando sus bases, pero también en valores fundamentales para una buena convivencia en el futuro.
Funciones con los padres
Aunque pueda parecer lo contrario, el Técnico Superior en Educación Infantil también debe cubrir ciertas responsabilidades con las familias de los niños. Ha de construir una relación con los padres para entender mejor el contexto y el entorno en el que se encuentra el pequeño, además de ver exactamente sus necesidades y grado de desarrollo.
Es fundamental que establezca una comunicación de doble sentido para transmitir cada avance o particularidad observada en los niños, al igual que para saber más de su día a día fuera del centro. Informa sobre los logros y progresos, a la vez que debe hacer a los padres partícipes de la educación.
Funciones con el equipo docente
Por último, pero no por ello menos importante, el Técnico Superior en Educación Infantil debe cumplir una serie de obligaciones y responsabilidades con el equipo docente del que forme parte. En caso de trabajar en solitario, este apartado no es necesario, pero en la mayoría de las ocasiones, se suele trabajar en equipo.
En este sentido, debe asegurarse de cumplir con la metodología y filosofía del centro del que forma parte. Para ello, debe adaptar sus actividades y proyectos a las posibilidades y máximas que componen el proyecto general de la escuela, guardería o centro en el que trabaje.
Por otra parte, la colaboración y comunicación con el resto del equipo docente o grupo de trabajo es fundamental. Compartir experiencias, exponer ideas y propuestas, supervisar otras ideas o proyectos de terceros… Todos deben funcionar como un todo para conseguir los objetivos deseados y, sobre todo, para que los niños tengan la formación y educación que necesitan.
La formación y la educación no se limitan solo al centro educativo, abarcan toda actividad y situación en la que las personas se ven envueltas desde que tienen uso de razón. Por eso, tanto familias como técnicos deben colaborar en todo momento.
